Quien puede cambiar sus pensamientos, puede cambiar su destino.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Al oír mis palabras, me dijeron a mi y a los demás apóstoles con el corazón compungido:

<< ¿Qué hemos de hacer, hermanos?>>
A lo que yo respondí: convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para perdón de nuestros pecado; y recibiréis el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro>>
Les dije también que se pusieran a salvo de esta generación perversa. Así pues, los que acojieron mi palabra fueron bautizados. Y aquel día se nos unieron unas tres mil personas y así fué como surgió la primera comunidad cristiana (:

No hay comentarios:

Publicar un comentario